7 años ago

3.Sobre Qaion

Qaion era un planeta con tres satélites: tres lunas plateadas que reflejaban la luz tenue y el calor suave de una estrella antigua y lejana. Era un lugar distante a la Tierra y cercano a Orz, con el que compartía la misma zona espacio-temporal. En el planeta, reinaba una noche eterna. Qaion estaba habitado por muchas especies animales, pero solo tres de ellas eran inteligentes como los humanos: los vamp, que dominaban los cielos y las copas de los grandes arboles; los kant, que vivían en los bosques y montañas; y los bart, seres escamosos que habitaban en el agua y que solían quedarse al margen o huir de las otras dos razas. Al vivir en las profundidades, de los bart se sabía muy poco.

Las dos razas, vamp y kant, estaban emparentadas, pero habían evolucionado de forma distinta: los vamp o alados eran seres de piel verdosa y alas, que les otorgaban la facultad de volar. Poseían la inteligencia más desarrollada de Qaion, una aptitud que desembocó en tecnología y ciencia avanzadas, aunque en ciertos aspectos, como la moda o el trabajo, vivían en una eterna época antigua.

Los kant, pese a estar emparentados con los vamp, eran más parecidos a animales, a lobos, aunque bípedos. Poseían pelo por todo el cuerpo y, menor inteligencia y estatura que los alados, pero eran capaces de hablar y razonar. Adoraban con fervor a los espíritus de los tres dioses que habitaban en el sistema lunar triple de Qaion. En cuanto a sus relaciones sociales, tenían facilidad para la enemistad y para sentirse agraviados.

Los vamp moraban en ciudades construidas en las copas de los globs gigantes —los arboles más altos y de mayor envergadura—. Los kant preferían tanto el resguardo de los bosques, como las laderas de las montañas, cuyas cuevas usaban como asentamiento.

Ambos pueblos se alimentaban de los frutos globul, cuyo contenido rojizo y líquido era idéntico a la sangre de cualquier mamífero de la Tierra. Después de la última guerra civil, habían reanudado el comercio de este alimento y de todo con lo que ambos pueblos podían negociar: telas, herramientas, tecnología, armamento y diferentes mecanismos para convertir la vida en algo sencillo en aquel planeta frío y con grandes ventiscas.

Arkanium, el príncipe y heredero de los kant —que era más progresista—, se rebeló y venció en una guerra a su propio padre, el rey Aullador de los peludos. Así consiguió la paz con los vamp, tras años de conflicto por las fronteras de los bosques de globs. En aquella época, los vamp habían crecido en número. Por culpa del clima, hubo una mala cosecha de frutos globul, que escasearon para ambos pueblos, lo que se tradujo en una guerra por el control de los alimentos.

Arkanium, el príncipe kant, y Sirium, gobernador elegido por el pueblo vamp por su linaje y bajo ciertos mecanismos democráticos, firmaron la paz y unieron a ambos pueblos en un consejo llamado la Sala de los Horizontes Comunes. El consejo se materializó en un palacio preparado para audiencias multitudinarias; estaba en la misma frontera, entre las capitales, junto al árbol de la garra, un monumento religioso e histórico de ambas razas. En una junta solemne, se reunían los representantes de las dos razas para decidir el futuro común.

En ambos bandos, había representantes más conciliadores y otros que no olvidarían jamás el derramamiento de sangre, tanto entre las dos especies como entre los propios kant, por su reciente guerra civil. Conservadores y progresistas de ambos bandos tenían el mismo derecho al sufragio. Aunque era común que los representantes kant hicieran caso del criterio del inteligente príncipe Arkanium, había algunas excepciones, como los aulladores, que eran partidarios del antiguo rey derrocado.

En La sala de los horizontes comunes, había dos representantes de cada estrato social. Entre los kant: dos por los monjes, dos por el gremio de recolectores y artesanos; otros dos por el ejército y la clase gobernante. Los representantes vamp, aun teniendo el mismo número de integrantes, poseían otro tipo de selección, pues su sociedad era más heterogénea.

Uno de los representantes del pueblo vamp era Cho el Oscuro, un visionario. Era una entidad seudoreligiosa dentro del pueblo de los alados, que con sus visiones aconsejaba a los líderes para avanzar y mejorar. Se decía que su poder era un regalo, un don. Siempre que un visionario estaba cerca de su final, le precedía otro, al que instruían para recibir con claridad los designios de los dioses. Comúnmente albergaban una deformidad o algún tipo de peculiaridad física. Cho el Oscuro era deforme. Carecía de la talla de los vamp y, además de no poseer alas, era ciego, aunque las orejas eran cuatro veces más grandes que las de cualquier alado. Le habían puesto el sobrenombre de el Oscuro porque, desde que la visión se hizo poderosa en él, sus previsiones sobre el futuro habían sido negativas y todas habían tenido un fuerte halo de misterio, excepto cuando predijo acertadamente que «la paz con los kant vendría del príncipe que renegaría del padre».

Otros representantes vamp en el consejo pertenecían al linaje del ministerio, la familia gobernante que tenía lazos de sangre con todas las familias y gremios para mantener la estabilidad social y la equidad —a este estrato pertenecía Sirium, el gobernador—. Por otro lado, se hallaban los representantes de las familias guerreras y los gremios artesanos o científicos, que se alternaban con más regularidad como representantes.

El planeta Qaion estaba bien organizado y vivía en paz, con un visionario poderoso que podría poner en jaque los planes de Thiram. El Daño de Dioses lo sabía, por eso se puso a trabajar con toda su maldad: destruiría a Qaion desde dentro.